July 02, 2010

Eclipse


¿Que poder decir de “Eclipse”, la tercera parte de la saga “Crepúsculo”? La historia se repite una vez más, Bella no sabe con quien quedarse si con el vampiro o el hombre lobo. ¿No pasaba algo así en “Luna Nueva”? Por eso, decide quedarse con los dos… o algo así…

“Twilight” generaba climas, pero a la vez era más naif. “New Moon” es mas abrupta, con más información y con muchos interrogantes que se abren. En esta entrega, se resuelven algunos enigmas, y se hablan temas que antes no, como el sexo. El sexo ahora es parte de la historia, o intenta serlo… Por lo menos, no aparece como sugestión, y se habla y hasta hay más de tres besos en toda la película, que ya es bastante. Bella tiene ganas, chicos! y la pobre viene sufriendo su virginidad, no con un novio, sino con dos!

Nuevamente Bella Swanson (Kristen Stewart) nuestra pobre mortal está en peligro, y éste es a los cuatro vientos, pero ella cuenta con su amado Edward Cullen (Robert Pattinson), y con su amiguito Jacob Black (Taylor Lautner). Ellos dos se harán amigos para proteger a la amada de ambos pero siguen siendo rivales naturales, según la escritora de todo esto, que así los dispuso. Y al mejor estilo postmoderno “Eclipse” les muestra a las adolescentes que es eso del mundo swinger, pero a los 17 años. La escena de la carpa podría ser una metáfora al respecto.

Lo bueno que tenia “Crepúsculo”, la primera, era esa sutileza en la estética de los personajes. Que proponía que te podías cruzar con un vampiro a la vuelta de la esquina y no notarlo. Rompía con el esteriotipo del vampiro en cuestiones visuales y en cuestiones de género, cosa menos notable en las últimas entregas.

Para los que esperan más, bueno acá hay más! Más vampiros, más hombres lobo, más acción. Pero también hay momentos de drama intercalados, con escenas de tensión logrando buenas atmósferas que rondan entre el amor y sus variantes (desamor, engaño, traición). Desarrollando la trama de una manera armoniosa que David Slade dirige y sostiene todo esto bastante dignamente, ubicando la cámara en lugares interesantes para dar curso de la trama, que a veces con diferentes tonalidades logra distinguir bien cada secuencia en particular.